El terreno sorprendentemente diverso de Costa Rica, bosques exuberantes, reservas de vida silvestre y playas tropicales, ofrece un poco de algo para cada viajero. Los amantes de la playa que se alojen a lo largo de la costa del Pacífico deberían dirigirse a Guanacaste y a la costa de la Península de Nicoya, bordeada de palmeras, para tomar el sol y hacer surf. Los amantes de la naturaleza que se alojen en las Llanuras del Norte o a lo largo de la costa caribeña deberían visitar Puerto Viejo de Talamanca antes de aventurarse en el interior para subir en tirolina por encima de la Reserva del Bosque Nuboso de Monteverde y hacer una excursión al Volcán Arenal. Ya sea que busques sol, naturaleza o aventura, hay mucho que descubrir en este paraíso. Y si necesita un poco de orientación para navegar por la abundancia de maravillas naturales del país, inscríbase en uno de los mejores tours de Costa Rica.
Península de Nicoya
La brillante costa de 80 millas de la Península de Nicoya cuenta con ciudades centradas en la playa con costas de color crema y densos bosques. La mitad de la península se encuentra en la Provincia de Guanacaste, mientras que la otra mitad se encuentra en la provincia de Puntarenas. Las arenas polvorientas de la playa de Nosara se alinean en el borde occidental de la Península de Nicoya. También encontrará comunidades de pescadores y ganaderos al este de la costa rústica. Después de un importante aumento del turismo que comenzó en la década de 1970, la afluencia de restaurantes y hoteles ha atraído a los visitantes a la costa arenosa de la península.
Volcán Arenal
El Arenal, uno de los volcanes más activos del mundo, tiene más de 5.000 pies de altura. Durante la segunda mitad del siglo XX, los admiradores viajaron en masa a su base para ver las rocas brillantes y la lava fundida que caía por sus lados. Pero Arenal no siempre arrojaba lava ardiente, rocas y cenizas. El volcán permaneció inactivo durante cientos de años, pero el 29 de julio de 1968, Arenal despertó de su letargo. Un estruendoso terremoto sacudió la zona y una posterior explosión de lava arrasó tres pueblos cercanos. Las frecuentes erupciones continuaron hasta 2010, cuando el volcán volvió a entrar en estado inactivo.
Guanacaste
La «Costa de Oro» de Costa Rica es uno de los destinos más singulares de la nación, y no sólo por sus playas solitarias. Las secas y soleadas sabanas de la región contrastan con los nublados bosques lluviosos cubiertos de nubes que se encuentran en otras partes del país. Al este, admirarás los volcanes que componen la Cordillera de Guanacaste. A lo largo de la costa, que se extiende hasta la frontera nicaragüense, encontrará bolsillos de arena blanca que flanquean los hoteles y remotas aldeas de pescadores. Más hacia el interior, descubrirá una próspera cultura vaquera que ha florecido desde el dominio colonial español en el siglo XIX. Entre los puntos más destacados se encuentran la playa de Playa Carrillo, prístina y llena de palmeras, y el Parque Nacional Rincón de la Vieja. Otra atracción imperdible es el Parque Nacional de Santa Rosa, un sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO que preserva el sitio de la Batalla de Santa Rosa de 1856.